CARPE DIEM

Hoy es uno de esos días en los que decides colocarlo todo en su sitio, limpiar cajones y tirar todo aquello que se va acumulando sin sentido. Pues bien, en uno de estos cajones he encontrado un folio con reflexiones personales que tiene fecha del 16 de Marzo del 2000, hace ya, 11 años. Y en el encabezado pone: para cuando vuelvas a leerlo.

“Alguien se ha preguntado, ¿por qué estamos en este mundo? No  soy capaz de contestar esa pregunta, pero en este momento, sentada frente a la ventana con el Sol acariciando mis manos, siento que, puesto que estamos aquí, debemos vivir con más entusiasmo. Fijarnos en todas esas cosas sencillas que nos hacen sentirnos mucho mejor.

Hay personas que viven de forma acelerada, con demasiada prisa y no se dan cuenta que en la vida todo merece la pena. Es maravilloso ver como la suave brisa juega con las hojas de los árboles, haciéndolas bailar al ritmo de los latidos del corazón, todo vibra. Contemplar como vuelan los gorriones, libres, sin pensar que pasará después.

Vivir el presente, cada detalle, cada sentimiento…La vida sólo pasa en vano si uno quiere. No rechaces los momentos dolorosos, de ellos también puedes aprender  si sabes afrontarlos con serenidad.

Nadie nos ha dicho nunca cómo tenemos que vivir, pero ¿qué más da? Vivir es irremediable, al menos disfrútalo. Intenta sentir el reflejo del Sol en el agua, la brisa besando tus labios y la felicidad que te inunda cuando un niño te brinda una sonrisa.

Vivir no es sólo estar en este mundo, ese acto de presencia no es un pretexto para decir que estamos vivos. Vivir es algo más. Es hacer de cada detalle una excusa para ser feliz. Es comprender el lenguaje de la Naturaleza. Es aceptar que somos libres para amar: para amar a los demás, para amar los sentimientos, en definitiva para amar la VIDA.

Espero que no dejes pasar tu vida en vano. Es muy triste que cuando llegue el final no puedas decir: “Estoy tranquila, porque mi vida ha sido un conjunto de sentimientos que han llenado mi corazón de felicidad. No me arrepiento de nada, porque sé que mi paso por este mundo no fue inútil”.

Imagen y texto: Beatriz Gallego Sola