¿Alguien se ha planteado alguna vez cómo debe sentirse una gallina perdida por la Gran Vía de Madrid?...Tiene que ser una mezcla de angustia y sorpresa.
Angustia por no saber cómo llegar a casa, por pensar quién ha sido el majadero que ha decidido por ella y la ha dejado allí y sobre todo la agonía de no ver más allá de lo que le permite ese inmenso lugar lleno de columnas enormes con zapatos…Con lo tranquila que estaba ella en su gallinero, sin preocupaciones.
La sorpresa tiene que ser indiscutible, que según se mire, puede ser grata o desagradable. Descubrir un mundo nuevo, lleno de peligros, por el que camina sola, sin más ayuda que su orientación y el sentido de supervivencia… ¿sería capaz de sobrevivir en un mundo para el que no ha sido creada? Tal vez no, pero tiene que intentarlo al menos, aunque eso signifique perder la vida luchando.
Texto de Beatriz
Imagen de Google
